Si resignar es tener miedo
renuncia a consentir
cierra los ojos imagínate en el mar,
y te arrulla, te mece, te asfixia, te duele
Si resignar es sonreírle
para no causar batallas sin cuartel,
tú le sonrríes y le ofreces algo más,
huyes del cuerpo que finge y te duele.
Y sueñas, vuelas a su pasado,
recuerdas, aquellas brisas de verano,
el color blanco de la arena, los besos de frutilla
el negro a tu medida,
que dio para llenar toda su vida,
en la que vivir se convirtió en algo serio.
En la que vivir se convirtio
en esquivar sus golpes y tus miedos,
en instalarte en la tristeza cada vez que preparabas la cena.
Y morir es refugiarte en un te quiero,
es no encontrar abrazos en el invierno,
es acampar en la decidia se ser objeto
de un cobarde y sus mentiras.
Si resignar es pensar que es toda su voluntad,
llenando tus ojos de sal y de espanto
temblando cada vez que lo escuchas llegar,
esperando que mañana pueda cambiar,
porque el mañana no llega y tu noche es eterna.
Ella refugiada en un castillo de papel,
lleva escrita en su mirada la niñez,
de su alma golpeada y su miedo de perfil,
porque ella recuerda la primera vez,
esquivando jaurias en su piel,
Ella que les muestra el camino del dolor,
lo dejo tatuado, lo dejo tatuado
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